Por Andrés Vera Díaz
El Teatro Fernando Calderón, cuya custodia la tiene la Universidad Autónoma de Zacatecas ha sido objeto de la burla y corrupción propia del dirigente sindical Rafael Rodríguez Espino. Pseudolíder que impidió a principios del mes de septiembre que el rector Armando Silva Chairez realizara su segundo informe de labores al tomar el teatro y ahora lo vuelve a tomar para que un senador prooficialismo haga lo propio.
El inmueble, de carácter universitario pero también público, puede ser rentado para eventos académicos, culturales o políticos por cualquier persona u organización que no contravenga principios de legalidad y ética, sin embargo, en las últimas dos semanas ha sido objeto de dos informes: el primero del alcalde de Zacatecas, Carlos Peña Badillo y el día miércoles 24 de septiembre, de senador del Partido Verde, Carlos Puente.
La sala principal con el escenario puede ser contratado por todo un día por la módica cantidad de diez mil pesos. El foyer cuesta 4 mil pesos, ambos más IVA.
Se deposita a una cuenta, se lleva el talón de depósito y se emite la factura. El proceso parece ser simple, pero cuando el teatro está inmiscuido como patrimonio universitario en un proceso de paro convocado por el Sindicato del Personal Académico de la UAZ, para exigir lo que hace décadas nadie ha querido resolver, la deuda con el ISSSTE y «el irrespeto al contrato colectivo de trabajo», debe adecuarse también al cierre de sus puertas y debió ser resguardado por el propio sindicato el miércoles 24 de septiembre, día de paro y día programada para que el senador verde diera su informe en el histórico edificio.
Pero aquí huele a podrido y huele al Sindicato de Trabajadores de la UAZ dirigido por el primer señalado, Rafael Rodríguez alias «el loco». Este líder «resguardó» según sus propias palabras, las instalaciones del Teatro, pero, ¿de qué y de quienes? si el paro fue convocado por el SPAUAZ. Lo resguardó para que Carlos Puente pudiera dar su informe y los profesores no impidieran debido al paro, que sucediera el magno evento. Desde las 5 de la mañana colocaron banderas en el inmueble para retirarlas alrededor de las 11 de la mañana porque a las doce en punto el senador comenzaría con su evento.
Se retiraron porque uno de los «asistentes del senador», el exregidor por Zacatecas y ahora flamante miembro del Verde Ecologista, Víctor Armas se movió como nunca para que no fuera opacado el informe de su jefe.
De tal forma, que el evento se llevó a cabo en medio de un paro convocado por el SPAUAZ, pero con un edificio tomado por el STUAZ quien nunca informó a la Junta de Conciliación de Arbitraje que emplazaría a un paro el día señalado y mucho menos, en un sólo inmueble de los muchos que tiene la UAZ. Así que ese paro «express» debe ser improcedente y debe existir una demanda por atribución indebida contra el líder de los trabajadores.
Ahora bien, si la UAZ cobró los 10 mil pesos por el uso de la sala y escenario, ¿quién recibió directamente el dinero?. La factura hasta el día de hoy es inaccesible al igual que el rector para que diera una explicación. Y es que, según la voz popular, la administración del teatro es peleada por varias instancias de la propia Universidad. Todos la quieren pero nadie se ha hecho responsable de porque hubo un evento en un día de paro.
Según la normatividad de la UAZ en el TITULO SEGUNDO DE LA ORGANIZACIÓN ACADÉMICA, CAPITULO ÚNICO DE LAS ÁREAS, UNIDADES ACADÉMICAS Y LOS PROGRAMAS ACADÉMICOS
Artículo 5.- La Universidad adopta como base de su organización académica y
administrativa el sistema de áreas, unidades y programas académicos, los
cuales dentro de un régimen de desconcentración funcional y administrativa
mantendrán coherencia entre su organización y las decisiones institucionales
por medio de la coordinación de las actividades académicas y administrativas.;
y en el; TÍTULO NOVENO DEL PATRIMONIO UNIVERSITARIO, CAPÍTULO ÚNICO, DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 201.- El incremento, preservación, conservación, restauración,
administración, mantenimiento, mejoramiento, custodia, uso, usufructo y, en su
caso, la enajenación o donación del patrimonio universitario, estarán bajo la
responsabilidad de los órganos, autoridades y funcionarios universitarios, en
los términos previstos en la Ley Orgánica y el presente Estatuto.
Artículo 208.- Todos los bienes que integren el patrimonio universitario, estarán
destinados al servicio de la institución, con excepción de los que señala la
normatividad universitaria y forman parte del patrimonio cultural e histórico.
Artículo 211.- Podrán establecerse organizaciones, patronatos o mecanismos
de carácter no lucrativo, cuyos miembros sean honoríficos, con el objeto de
acrecentar el patrimonio universitario. Éstos y los miembros que los integren,
deberán ser aprobados por el Consejo Universitario.
Artículo 212.- Las contrataciones de obra, así como las adquisiciones de bienes
y servicios, deberán realizarse mediante licitación pública, conforme al
reglamento correspondiente.
Por lo tanto, se ha violado la Ley universitaria, el espíritu universitario, la autonomía universitaria; pero el rector no asume responsabilidad alguna, no sabe ya porqué y para que es rector. El líder del STUAZ ha envilecido bajo una máscara de populismo intereses personales y de grupo lucrando políticamente u económicamente con bienes inmuebles propiedad de TODOS los universitarios violentando toda normatividad pero hay que decirlo, tiene buena retórica y convence a sus masas para chantajear en base al poder.
La UAZ dividida, chantajes y pugnas para y por el poder. Cualquiera hace ya lo que quiere con la aún máxima casa de estudios.
Una junta de gobierno debiera ser la solución para dirimir y convocar. Disolver prácticas de antaño en los sindicatos es la respuesta flagrante a una Universidad que se ha convertido en negocio personal de muchos.
No se trata de una pequeña suma de diez mil pesos, que francamente dudo le sirvan par algo a Rafael Espino y dudo la cantidad fuera esa, tal vez sólo para adquirir un par de lentes de marca de los que le gusta portar. Se trata de una violación grave al respeto y autonomía universitaria, algo que en la retórica del lider está presente, pero en la práctica, donde vale y se debe, ausente por completo.