Montevideo, Uru.- El presidente de Uruguay, José Mujica, calificó hoy como “ridículo y estúpido” criminalizar a la juventud, y responsabilizó a los mayores por fallar en su misión de educar “para la vida misma” a las nuevas generaciones.
En su programa radiofónico de los viernes, Mujica dijo que durante las visitas que ha realizado al Complejo Carcelario de Santiago Vázquez (Comcar) pudo advertir “la impresionante cantidad de jóvenes que hay” en los recintos penitenciarios.
“Me afecta que tanta gente joven, en vez de vivir la vida con libertad, termina sacrificando la libertad por una miserable opción económica que los arruina y que en el fondo apenas sirve para quemarles su existencia», señaló.
Advirtió, sin embargo, que “me parece ridículo, estúpido, criminalizar a la juventud, me parece temerario criminalizar a la juventud por el hecho de ser joven”.
“También me parece un disparate, un derroche de civilización y de experiencia despreciar a los viejos y considero además que idealizar una etapa u otra de la vida es una tontería inútil de carácter mayúsculo», enfatizó.
Mujica subrayó: esta triste realidad pone en evidencia que «hay algo en que estamos fallando largamente los mayores: gastamos poco tiempo, no tenemos tiempo para machacar y machacar en la cabeza de las nuevas generaciones la acumulación de la experiencia”.
El jefe de Estado uruguayo advirtió, en ese sentido, que “no se le puede pedir a la gente joven que tenga así como así el resultado de lo que no ha vivido».
No basta “con dejar a los muchachos en la puerta de la escuela o en la puerta del liceo, nada nos asegura que con eso estamos cumpliendo», enfatizó.
Mujica expresó su preocupación además porque «somos poco amigos entre nosotros, no tenemos tiempo, nuestras sociedades parece que quieren educar para el éxito, y el éxito ya sabemos cuál es, y no intentan educar para el camino de la vida misma”.
“Parecería que no se puede gastar tiempo en transmitir cosas que en el fondo no son servicios ni mercadería facturable, porque todo lo que se hace tiene que ser facturable en alguna medida”, sentenció el mandatario.
Aseguró: «me doy cuenta qué desperdicio de vida, y el costo que tiene el hecho de no entender que cada mujer entrada en años o cada hombre entrado en años tiene un papel que cumplir, el de ser amigo, de ser natural confesor de la gente que está saliendo del cascarón”.