Zacatecas, Zac.- Invitada por el Museo de Ciencias de la UAZ, Susana Astrid Pliego Madero, estudiante de la Unidad Académica de Antropología, dictó la conferencia “Carbono 14 y las huellas de la Historia”, como parte de las charlas científicas que semana a semana se realizan en el Audiovisual Rojo del edificio de Rectoría.
En su exposición, la alumna del séptimo semestre de la licenciatura en Arqueología definió las técnicas de datación utilizadas mediante el carbono 14. Para tal efecto, mencionó primeramente los métodos de datación llamados por los científicos “relativo” y “absoluto”:
El primero –explicó– trata de establecer la temporalidad de la existencia de un objeto mediante el estudio estratigráfico. Éste se hace en una excavación analizando cada uno de los estratos (capas superpuestas de los sedimentos del yacimiento arqueológico). Con ello se determinan los años en que se sepultaron los elementos encontrados en esa investigación.
Por su parte, la datación absoluta, radiométrica o por isótopos radiactivos es la que utiliza el carbono 14. La técnica se basa en la relación existente entre los organismos vivos y los isótopos del carbono C-12 y C-14, que es la misma que hay en la naturaleza. La edad de los restos que son objeto de estudio –rocas, minerales o restos orgánicos— se calcula al contar la cantidad total de átomos de carbono que contienen y comparando la proporción entre los de C14 y los de C12. Ello permite determinar con precisión su edad.
Pliego Madero señaló, por último, que otra técnica de datación absoluta es la llamada “termoluminiscencia”, que consiste en la capacidad que tienen el cuarzo y los feldespatos (grupo de minerales más abundante que existe en la corteza terrestre) de emitir luz cuando son sometidos a calor. Lo anterior, debido a la conformación cristalina de su estructura. La termoluminiscencia se utiliza –concluyó— sobre todo para saber la edad en cerámicas que fueron sometidas a un calentamiento durante su fabricación o uso.