Andrés Vera – PM
Zacatecas, Zac.- Taxistas pertenecientes a varias organizaciones denunciaron ante PerióMetro.com diversos abusos derivados de la parte patronal y gubernamental.
En el municipio de Zacatecas, existen 480 automóviles que dan el servicio de traslado, con alrededor de 800 choferes de los cuales, más del 90 por ciento no cuentan con seguridad social ni seguro de vida, pues el trabajo de conductor de vehículos se considera de alto riesgo.
De igual manera, señalaron que muchos de los patrones concesionarios son allegados al director de Tránsito del Estado, el comandante Agustín Jaime Ortiz Arellano quien ha cedido permisos a incluso familiares.
«Policías ministeriales, funcionarios y patrones cuentan con varias concesiones, los conductores, algunos de nosotros con más de 20 años de servicio no tenemos nada», señaló uno de ellos.
Lamentablemente, por un gran temor a represalias no pudieron dar su nombre ni número económico de automovil. «Si se enteran que hacemos denuncia nos corren, necesitamos el trabajo, trabajo que a veces nos deja cien pesos para nosostros pues muchos debemos entregar hasta 280 pesos de liquidación diaria al patrón más la gasolina», dijeron.
Recordaron que al principio de la administración del gobernador Miguel Alonso Reyes, prometió ceder concesiones a conductores, pero ha sido una promesa más incumplida.
Para los taxistas, los permisos se otorgan bajo «dedazo» a amigos cercanos de funcionarios, a burócratas mismos de alto nivel y a quienes cuentan con el dinero suficiente para dar «comisión» por obtener placas para dar el servicio.
De igual forma, refirieron que el «botón de pánico» que implementó el gobierno del estado para dar supuestamente solución al problema de los asaltos a los trabajadores del volante no ha servido de mucho, pues al activarse el sistema lo que hace es que el vehículo detiene su marcha y no puede ser encendido, lo que dificulta el actuar de los taxistas en caso de robo.
Afirmaron que muchos compañeros ya han sufrido asaltos a mano armada, pero al activar el botón de pánico, lo que resulta es el enojo de los asaltantes al no ver la oportunidad de huir del lugar de forma inmediata lo que produce violencia física, aunado al hecho que las autoridades policiacas tardar mucho en acudir al lugar de los hechos.
«El botón de pánico sólo ha servido para que nos vigilen de manera satelital, si nos detenemos mucho tiempo en algún lugar nos hablan por celular para preguntarnos que estamos haciendo, en ocasiones debemos esperar a un cliente o estamos cenando, nos acosan por cualquier cosa», dijeron.