Por Andrés Vera Díaz
La ex comisionada del INAI, Norma Julieta del Río, sin cargo, emite ruido en la sucesión rumbo al 2027.
Probablemente será pasado el cuarto informe de gobierno de David Monreal cuándo se registren algunos cambios en el gabinete, y en esos acomodos, Del Río entraría en el gabinete del primer círculo.
Nerviosas algunas, porque para poder meterla en la dinámica de competencia mediática y de estructura, la ex comisionada debería acomodarse en un espacio que le permita tener presencia en medios, así como asentarse en los núcleos de la administración central.
David ha lanzado muchas cartas sobre la mesa en la tesis de que cada quien construya simpatías, estructura y después se le endose a quien encabece la candidatura, son embargo, el plan sobre dimensiona las expectativas d unidad. Son pocos los que coinciden en que el proyecto superior esté por encima de las personalidades, y es que han sido tanto los agravios a la propia base, que el aroma impregna de manera desagradable refritear la narrativa del mantenimiento de Morena solamente por sus propias siglas.
Muy seguros están de la estructura del Bienestar, mermada con montones de encargos hoy como las becas de jóvenes, Rita Cetina, salud casa por casa, censos y demás sin una motivación extraordinaria. El suelo bajo, moches al mismo e incrementos salariales pírricos, además del desgaste casi por acto auto infligido, demeritan cualquier expectativa de fomentar unidad per se.
Las encuestas hasta el momento demuestran que no todo ha sido representar las siglas. Pese a que en todas las que han ido publicándose en 2025 emiten una preferencia de entre 30 a 34 puntos, Morena pende del hilo de la alianza electoral. PRI y PAN en coalición, empatan de manera técnica la preferencia a la gubernatura.
Los dirigentes de Morena en Zacatecas, específicamente Rubén Flores, han sido los principales promoventes de minar la continuidad en la representación partidista. Sectarios, han desplegado una dinámica de exclusión por antonomasia, rechazando a la competencia directa que no pertenezca a su ya minado grupo político.
Así, se esperaría que comenzase el andanar contra Norma Julieta, pero al no ser colocada de manera privada o aún en el gabinete, se mantiene en el escenario de cierta pulcritud en cuánto a ser identificada específicamente con los intereses de algún grupo, aunque ella deje patente su amistad y cercanía con David -lo que le ha permitido no ser atacada directamente-, mantiene a flote un proyecto en el que estaría respaldada por el ex secretario de Finanzas Ricardo Olivares y algunos cuadros verdes.
Norma Julieta tuvo que bajar el tono de diferencias contra la 4T tras la pugna por la desaparición del INAI. Hasta colaboradora de la revista Nexos y una presencia mediática en medios ultraconservadores, frenó sus relaciones en la plana mayor, pero mantiene profunda cercanía con Ricardo Monreal, quien también podría apostar por ella en caso de que algunas otras propuestas no prendan del todo.
Sin embargo, Del Río bajó el tono y está en una ruta más cauta, pues al final no resulta ser ella factor de enemistad entre las diversas expresiones de Morena Zacatecas. De hecho, entre las mujeres que suenan como candidateables, no hay confrontación con ningún Monreal, hasta dónde se sabe.
De hecho, sería con otra aspirante más, las únicas dos que no serían factor de descomunión con Saúl, lo que permitiría no quebrar las posibilidades para dentro de dos años.
El gran problema de Norma Julieta ha sido que también en años pasados, cayó en la lógica de exclusión en automático para rendir ciertos cultos, pero podría estar en la antesala de recomponer relaciones a la espera de señales más claras.
Ya hay quienes al interior del partido guinda la ven como opción en el marco de rupturas muy identificables -aunque en público lo nieguen-, porque el hecho de abrir la caja de pandora significa el veto en automático.
En la dirigencia y consejo existen muchas diferencias, sobre todo por el trato y la poca capacidad de dar manga a los actores que no pueden fomentar la participación, la afiliación y formación de cuadros sin que se le endosen directamente a Rubén Flores y a partir de ahí, a un dueto.
Tan así, que la dirigencia nacional optó por mejor contratar gente par el programa de afiliación con una serie de tabletas y folios. Que nadie se lleve la tajada mayor de presumir algo para catapultarse.
La idea es contrapuntear las afiliaciones y poder enmarcar quien hizo qué, por eso, Rubén Flores intenta encaminar los esfuerzos pero sin abrir el trabajo a cuadros de la misma dirigencia, y en todo caso, si se da la encomienda con muchas limitantes y una actitud prepotente, que los nuevos militantes se visualicen como un logro específico de un pequeño grupo.
Mientras eso acontece, las plataformas aparecen poco a poco. La presencia en eventos y unas que otras reuniones pretenden emitir la sensación de fortaleza, pero existen diferencias de fondo. Unas forzadas, sin mensaje ni diálogo y otras naturales.















