CdMx.- La Franja de Gaza experimenta un sombrío retorno a casa luego de que Israel y el grupo Hamás alcanzaran un frágil acuerdo de alto al fuego, mediado por Estados Unidos, destinado a poner fin a dos años de conflicto. Miles de palestinos han iniciado el doloroso trayecto de regreso al norte, solo para confrontar la magnitud de la devastación. Nesreen Hamad, madre de tres, aguarda noticias de su esposo, quien se dirigió al barrio de Sheij Radwan para constatar que su hogar, como dos tercios de los edificios en Gaza, está destruido.
La Devastación Física y el Trauma Psicológico
Hamad, que se encuentra desplazada con su familia en Deir al-Balah (su décimo séptima reubicación en dos años), describió el dolor de la pérdida a DW: «La guerra ha terminado, gracias a Dios, pero solo después de matar todo lo que había dentro de nosotros.» El conflicto, que la Autoridad Sanitaria de Gaza cifra en más de 67,000 muertes (en su mayoría civiles), ha dejado a la población en ruinas psicológicas, agravadas por enfermedades, falta de medicinas y contaminación ambiental.
Intercambio de Prisioneros y Desplazamiento Masivo
El acuerdo, concebido para concluir la guerra, implica un intercambio de prisioneros. Hamás liberó a los 20 rehenes que permanecían con vida, así como los cuerpos de los 28 rehenes fallecidos. A cambio, Israel excarcelará a cerca de 2,000 prisioneros palestinos, muchos de ellos detenidos sin cargos. Los videos muestran a miles de personas fluyendo a pie hacia el norte por la carretera costera, un movimiento que comenzó el 10 de octubre luego de que Israel anunciara un cese de hostilidades.
Mahmoud Afif, padre de seis hijos que permaneció en la ciudad de Gaza por falta de medios para huir al sur, lamenta la pérdida de su casa en Shijaiyah: «He perdido mi hogar, el que construí con mis hermanos tras trabajar sin descanso toda mi vida, y todo por culpa de Hamás e Israel».
La Incertidumbre del Futuro y el Infierno Personal
La guerra, iniciada tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, ha retrocedido a Gaza por años. Afif asegura que «Israel se ha ganado enemigos para muchos años». La Autoridad Sanitaria de Gaza y la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU han calificado la guerra como un genocidio, una acusación que Israel niega categóricamente.
Faten Lubbad, una joven de Sheij Radwan, no ve futuro en la Franja. Habiendo huido de su hogar destruido para refugiarse en la celda de una antigua prisión en Jan Yunis, su esperanza es «escapar del infierno de Gaza, primero a Egipto o a cualquier otro país». Para ella, «la guerra en Gaza puede haber terminado, pero el infierno continúa».
Dudas sobre la Sostenibilidad y el Control Territorial
La ansiedad se mantiene, pues muchos residentes dudan que el alto al fuego sea duradero. Antecedentes como la ruptura de un acuerdo previo en marzo de 2025 avivan el temor, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha advertido que volverá a la ofensiva si Hamás no se desarma. El ejército israelí mantiene el control de, al menos, el 53% del territorio, y advierte a los civiles que ciertas zonas siguen siendo peligrosas.
Mientras tanto, los servicios de emergencia aprovechan la pausa para recuperar los cuerpos que se cree están sepultados bajo los escombros o en tumbas improvisadas, ya que los combates impidieron funerales dignos. La preocupación de padres como Nesreen Hamad por la falta de educación formal y la destrucción del sistema sanitario es inmensa.
El Vacío de Liderazgo Político
La cuestión de quién gobernará Gaza sigue sin resolverse. El plan propuesto por Estados Unidos contempla una nueva administración tecnocrática palestina supervisada por figuras internacionales, como el presidente Donald Trump y el exprimer ministro británico Tony Blair. Sin embargo, muchos palestinos se sienten excluidos del proceso. «No quiero a Hamás, ni quiero a ninguna facción palestina,» dice Hamad, deseando que «cualquier organismo internacional que pueda gobernarnos y reconstruir Gaza» sea bienvenido. El consenso es claro: no quieren a nadie de la era anterior.