Por Andrés Vera Díaz
No es fortuito ni casual que los pronunciamientos contra el modus operandi de La Secta -ese mote colocado por González Romo- comience a tener sintonía extensiva.
El verdadero continuismo es quien encabeza ese grupo político. No se trata de extender esa forma operativa hacia lo que representa Morena en su esencia, sino luchar por la representatividad bajo un esquema de bases. La Secta es la expresión del pensamiento volátil y encasillado en intereses meramente personalistas.
Así pues, la distinción enmarcado por algunos morenistas, representa una necesidad inherente a relegar de la vida pública un grupúsculo que se resiste a deconstruir democráticamente la política local. Por eso, los señalamientos crecen a la par de la distinción de praxis.
Ya lo han resaltado tanto Alfonso Ramírez Cuellar, como José Narro Céspedes y el propio Saúl Monreal Ávila; las señales del uso faccioso de la Delegación del Bienestar a favor de una sectaria senadora, estaría en consecuencia siendo una contradicción propia del movimiento; pero al contraste, ¿qué hace La Secta a favor de Zacatecas?
Raquítica productividad legislativa (porque si se trata de apoyar las reformas constitucionales de la presidenta Sheinbaum, cualquiera de la coalición lo haría y lo hace), nula gestión, ningún sentido de autocrítica, inexistentes las ruedas de prensa y fantasmales las anexiones políticas de gran calado.
Por el contrario, la presunción simple de pertenecer a un movimiento, de construirlo o de ser supuestamente fiel a los axiomas, no rebasan ningún aspecto práctico. Sencillamente se trata de entablar una narrativa de fidelidad y compromiso, pero en esos términos, quien sea podría presumir esos “atributos”.
Entonces, nos encontramos ante los hechos contra el discurso. No es lo mismo la demostración de logros palpables, que asomarse bajo la vitrina del oportunismo. No son nuevas las expresiones del condicionamiento y tergiversación de los programas sociales.
En 2021, fueron evidenciad@s con audios el uso faccioso de la estructura federal del Bienestar a favor de Maribel Villalpando -la posterior y ausente secretaria de Educación que se negó a comparecer-, a favor de candidatos allegados a La Secta.
En Jerez, subdelegaciones que cobraban moches a servidores de la nación también fueron expuestos. Ese mismo año, una servidora de la nación adscrita a la región Jerez denunció el pedimento de “moches salariales” por parte de funcionarios de la Secretaría del Bienestar a nombre del subdelegado -hoy diputado local- José Luis González Orozco.
Por medio de un documento en el que narra los hechos, así como con evidencia en audio, la trabajadora demostró que una subalterna de González, de nombre Verónica Hernández, conocida también como “Fany”, le requería el 50 por ciento de su salario al mes.
Otro episodio fue aquel protagonizado por Priscila Benitez, ex diputada local allegada por Morena, denunció públicamente el uso faccioso de programas a favor de David Monreal. Con un reclamo escandaloso hacia Verónica Díaz Robles, entonces Delegada de Bienestar, a quien acusó de estar detrás de la imposición de delegados de Morena en un proceso en el que inclusive, existió violencia de por medio y que fue protagonizada por algunos servidores de la nación en funciones.
A tal grado, que la propia Benitez admitió haber participado un año antes como coadyuvante del uso ilegal de programas para las elecciones del 2021. Como subdelegada de programas, a la orden de Díaz, también protagonizó escándalos como un percance automovilístico en el que no se hizo responsable de manera directa.
También, en 2019, fueron expuestos cobros para el formato de inscripción del programa Crédito Ganadero a la Palabra en Trancoso, cuyo encargado en ese municipio era el hoy diputado, Saúl Cordero, otro miembro de La Secta.
Así pues, hoy se exhibe otro presunto cochupo. La supuesta “desaparición” de 500 tarjetas del programa Pensión Universal para Personas con Discapacidad que también se lleva a cabo en Zacatecas. Un monto de más de 9 millones de pesos, que se habrían cobrado de las cuentas habilitadas, el nuevo frente que trae consigo la Delegación de Programas que sigue estando en poder de La Secta. Ninguna palabra al respecto ha dicho Adilene Rosales, la funcionaria federal allegada del grupúsculo político.
Mientras los antecedentes prueban, la sospecha se funda y se enuncia. ¿Quedará bajo pronunciamientos tácitos o existirán consecuencias explícitas? He ahí la gran pregunta, mientras tanto, las manifestaciones hablan de una adversaria en común, no importa que se diga morenista, aunque en el fondo, no hayan hecho nada por Zacatecas. Salvo que un informe abierto y específico lo contradiga.
P.D: ¿Violencia política de género? No, nadie está impidiendo su participación, sencillamente se narran hechos.