CdMx.- El reciente llamado de la oposición para revivir el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) no es un hecho aislado de la coyuntura, sino un recordatorio de un mecanismo financiero gestado a finales de 1996 por el entonces Secretario de Hacienda del gobierno zedillista, José Ángel Gurría Treviño, quien ahora figura como el principal asesor económico de la candidata presidencial Xóchitl Gálvez.
Un Legado de Opacidad y Discrecionalidad
Durante sus más de 28 años de existencia, el Fonden se caracterizó no tanto por su objetivo explícito de socorrer a las poblaciones en emergencia, sino por la opacidad, la discrecionalidad y la falta de rendición de cuentas. En diciembre de 2019, la Coordinación Nacional de Protección Civil reveló que al menos 200 mil millones de pesos asignados durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto estaban bajo severa sospecha.
Los problemas detectados en el Fonden eran estructurales. Las declaratorias extraordinarias de emergencia se convirtieron en nichos de corrupción, facilitando el uso irregular en la contratación y adquisición de obra pública, servicios y bienes. El propio presidente López Obrador calificó al fideicomiso como un «barril sin fondo», estimando que en cada declaratoria de emergencia se desviaban entre mil y 5 mil millones de pesos.
Las cifras de uso del Fonden durante el periodo priista y panista son elocuentes:
- Gobierno de Felipe Calderón: Se emitieron 561 declaratorias (un promedio de 94 anuales) y se ejercieron 13,550 millones de pesos al año.
- Gobierno de Enrique Peña Nieto: Las declaratorias aumentaron a 754 (un promedio de 126 anuales), con un ejercicio superior a los 19,400 millones de pesos anuales.
Reglas de Operación y Pagos Indebidos
El Fonden se componía de tres instrumentos clave: uno para atender emergencias inmediatas, otro para apoyos prioritarios para el restablecimiento de infraestructura básica y un tercero para la reconstrucción, donde el costo se compartía con las entidades federativas. Sin embargo, el principal foco de abuso eran las «declaratorias extraordinarias», que permitían inflar hasta en más de 2,000% el monto de los recursos requeridos.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) documentó consistentemente «deficiencias» en la ejecución de los trabajos y «pagos indebidos» a empresas contratadas para servicios de reconstrucción entre 2014 y 2018.
El Caso de los Sismos de 2017 y la Deuda de Guerrero
Organizaciones de la sociedad civil, como México Evalúa y el CIEP, detectaron irregularidades en al menos el 5% de los recursos del Fonden destinados a las entidades afectadas por los sismos de septiembre de 2017, donde más de 150,000 viviendas resultaron dañadas.
La situación es especialmente grave en Guerrero, una entidad castigada históricamente por fenómenos como el huracán Paulina y, más recientemente, por el Otis. El pomposo Plan Nuevo Guerrero, anunciado en 2013 tras los huracanes Ingrid y Manuel, prometió más de 20 mil millones de pesos del Fonden para su ejercicio en 2014. A 20 años de distancia, y ante la devastación actual, nadie sabe ni se ha informado dónde quedaron y cómo se ejercieron esos multimillonarios recursos, dejando a la entidad con una deuda de reconstrucción sin saldar.















