Redacción – PM
Desde hace unas horas, inició el cruce de los primeros migrantes hondureños a México. Según periodistas que se encuentran siguiendo el recorrido, están pasando por Tecún Umán, de Guatemala. En el límite del rio Suchite los esperan 400 elementos de la policía Federal
Fueron nueve jóvenes hondureños los que lograron ingresar al país, la travesía fue en balsa fabricada con llantas de tractor y tablas. Ellos, según la publicación de Periodistas de Pie, fueron los primeros integrantes de la caravana migrante que viene de Honduras, a la cual se han sumado en el camino gente de otros países centroamericanos, con destino los Estados Unidos.
En realidad no es una caravana, sino un éxodo, ya que en un inicio los medios informaron un número aproximado de 500 personas, pero ahora son mares de personas las que se ven en dicho recorrido.
Una de las principales preocupaciones de la gente que viene en el éxodo es la tajante posición del gobierno estadounidense y las medidas que están tomando de los gobiernos, tanto del guatemalteco como el mexicano.
Las caravanas desde hace algunos años, han sido una táctica usada comúnmente por grupos de personas, colectivos o activistas para atraer la atención a los solicitantes de asilo. Sin duda ha habido caravanas más grandes, pero la que se está viviendo ha tomado gran visibilidad por la crítica del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha expresado su total rechazo.
El gobierno mexicano, a través de su embajador en Guatemala, Luis Manuel Moreno, ofreció el ingreso al país de manera documentada, es decir con pasaporte y visa, de no contar con ellos los exhortó a pedir refugio o ayuda humanitaria. Ayuda que los participantes de la caravana recibieron con escepticismo, ya que según entre las expresiones colectivas de los migrantes, se piensa que es una estrategia política para retenerlos.
Según el secretario de relaciones exteriores mexicano, Luis Videgaray, asegura que la prioridad del país de la bandera tricolor, es mantener la integridad de los miembros de la caravana y la protección de los grupos más vulnerables, pero aún no se habló del algún plan de acción concreto al respecto.
Las más de 4 mil personas, mujeres, niños y adultos que vienen con la esperanza de poder llegar a los Estados Unidos, aún no terminan su recorrido, y en estos días podrían estar pasando sobre territorio mexicano.
Factores principales
Un informe financiado por la fundación alemana Friedrich Ebert afirmó que la gente en Honduras emigran por razones de supervivencia económica y destaca que la migración provoca «impactos diferenciados» en las mujeres.
Según el estudio, denominado «¿Migración o Expulsión?: Una aproximación a las dinámicas y causas de la migración laboral en Honduras», los hondureños emigran «sobre todo por razones de sobrevivencia económica».
El documento, elaborado por la hondureña Ana Ortega, señala que la migración «no es una decisión voluntaria sino obligada por las circunstancias, esas que derivan de la aplicación de un modelo global de ‘desarrollo’ que rebasa las fronteras nacionales y que no genera empleo decente».
La autora del informe dijo que el país centroamericano se ha convertido en los últimos años «en expulsor» de su población.
«La pobreza, que se genera en la desigualdad, y la falta de empleo», son otras de las razones por las que los hondureños deciden emigrar, enfatizó Ortega, experta en estudios interculturales e internacionales.
El estudio destaca que la migración funciona como «un sistema de oferta de mano de obra» en el mundo, que es «inherente» a los procesos de desarrollo, lo cual supone «una nueva forma de transferencia de riqueza desde el sur empobrecido hacia el norte», el principal destino de los migrantes hondureños.
Resalta que las redes sociales que tejen los inmigrantes, entre sus países de origen y los de destino, permiten que el flujo migratorio «se sostenga en el tiempo a pesar de los distintos tipos de barreras y obstáculos» que enfrentan.
El informe apunta que esas redes tienden a desarrollar «fuerza e impulso» que pueden apoyar «la continuidad de la migración, aún cuando los incentivos económicos» se reduzcan.
Para Karen Valladares, directora del Foro Nacional de Migraciones de Honduras (Fonamih), la inseguridad, la violencia y el desplazamiento interno es «una realidad palpable» en el país.
Valladares lamentó que el organismo que ella dirige y el Estado hondureño «no están preparados» para solucionar el problema de este tipo de desplazamiento.
El informe señala la necesidad de buscar «soluciones estructurales, más allá de campañas oficiales» para divulgar los riesgos de la migración irregular.
No obstante, enfatiza que mientras no se realicen «cambios estructurales» en el Estado y en la sociedad, «será difícil reducir» los flujos migratorios «masivos y riesgosos».
Además indica que la migración provoca «impactos diferenciados» en las mujeres, porque provoca «cambios significativos» en la estructura familiar y comunitaria que, sin una «perspectiva de género, suelen ser ignorados».
Pero reconoce que el Estado hondureño ha «avanzado» hacia un marco normativo e institucional al crear el Instituto Nacional de Migración y la Ley de Protección de los Hondureños Migrantes, ambas en 2014.
La autora del libro recomienda «conocer, analizar y monitorear» la implementación del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte centroamericano, que es apoyado por Estados Unidos para frenar la masa de emigrantes que abandonan los países de la región por la pobreza, el narcotráfico, la violencia de las maras (pandillas) y los efectos del cambio climático.
Además sugiere analizar el fenómeno de la migración desde una perspectiva de género y crear propuestas integrales orientadas hacia las mujeres.