Por Andrés Vera Díaz
Apenas la semana pasada, la diputada Gabriela Pinedo mostraba la propuesta de crear un fondo tripartita para educación sustentada en el recurso restante de 4 meses del concepto de herramientas legislativas y parecía buena idea.
La iniciativa contemplaba que los 24 millones de pesos congelados hasta el momento pasaran a proyectos asociados con la calidad educativa, no era mal planteamiento considerando que el recurso presupuestado para 2018, aunque se eliminaran las herramientas, formaban parte del paquete de egresos, por lo tanto pudiera reasignarse, y para los diputados, en el entendido de que sería mejor minimizar la ambición del ejecutivo de disponer del dinero, era conveniente que regresara al Congreso.
Sin embargo, la idea de un fideicomiso “transparente” impulsado por diputados de Morena para quienes dicho concepto ha sido inexistente, que inclusive tuvieron fuertes acusaciones de malversación de sus herramientas, hasta negocio hicieron con las mismas, deja ya muchas dudas de que en realidad ahora pretendan encausar labores altruistas reales.
A Gabriela pudo otorgársele el beneficio de la duda, pero a los reelegidos, a los del grupo de poder monrealista, con todo respeto, ya no. Y es que fueron los primeros que a grito callado, entre pasillos y cafés, injuriaban a Luis Medina por incentivar la eliminación de la partida para prebendas politiqueras. Que curioso, ahora sí se dicen a favor de un proyecto unificado. No, se cayó su populismo ramplón.
Las y los diputados Gabriela Evangelina Pinedo Morales, Mónica Borrego Estrada, Omar Carrera Pérez, Alma Gloria Dávila Luevano, Felipe de Jesús Delgado de la Torre, Verónica del Carmen Díaz Robles, Héctor Adrián Menchaca Medrano, Jesús Padilla Estrada, Armando Perales Gándara y Ma. Navidad de Jesús Rayas Ochoa, expusieron ante el Pleno la Iniciativa de Punto de Acuerdo mediante la cual proponen instituir a través de la Secretaría General de este Poder Legislativo, un fideicomiso con fin público y social, en el cual puedan ser depositadas las partidas presupuestarias para ayudas sociales que corresponden a los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre de este 2018, mismas que fueron aprobadas en el presupuesto del año fiscal en curso, el cual se sujetará a reglas y principios claros de transparencia y rendición de cuentas; señala la iniciativa, curioso que se sume Alma Dávila, quien había mostrado cierta independencia de la fracción monrealista. Lana es lana.
Ese fideicomiso por supuesto que sería dirigido a la alimentación de cotos de poder, para que nos hacemos los inocentes, puros y cautos. Ahora, desde la pasada Legislatura, se había mencionado que ese recurso mejor pasara a reforzar temas de seguridad, incluso el Gobernador Tello se había adelantado y sin hacer bien las cuentas, prácticamente dijo que para eso se aplicarían, sin tener el sustento legal para tal efecto.
Lo idóneo sería en este caso, realmente reforzar por ejemplo la policía estatal, pero en especie, que nadie maneje billetes, sabemos de antemano y por como dictan los hechos, que la tentación de rascarle al sobre es mucha. Equipamiento, camionetas y cámaras, se abre la licitación y se requiera materia palpable, visible. Hay tanto, costó tanto.
Pero los diputados alegaron que son los diputados y diputadas de la 63 Legislatura, quienes decidirán cuál será el destino que se le dará a partir de ahora a este dinero. Es decir, se deberá establecer el uso, el gasto y el destino de estos millones de pesos en lo que resta del año 2018, pues como fue un presupuesto aprobado por el Congreso de Zacatecas, se rige bajo el principio de anualidad. O sea, “es nuestra lana y decidimos en que se gasta”. El reproche proviene esencialmente, de que grupo político impulsa la idea. No hay a quien irle.
Por lo pronto, las herramientas de septiembre no fueron depositadas.