Poe Saúl Monreal Ávila
Las perspectivas económicas para todos los mexicanos en este año 2017 que inicia no pueden ser menos sombrías, con el aumento de los costos en los carburantes, en medio de alzas generalizadas de costos en todos los renglones, golpeando especialmente los productos de la canasta básica, con un creciente subempleo, que desde el inicio de este sexenio ha afectado a los trabajadores y la disminución gradual de percepciones económicas, la precarización de las fuentes de empleo e incluso, un desempleo creciente afectando a todos los sectores, todo ello, en medio de las amenazas de deportaciones masivas, las amenazas contra empresas estadounidenses y contra nuestro país por el presidente electo de los Estaos Unidos Donald Trump.
Todo esto además de otros elementos no menos delicados que contribuyen a empeorar nuestras condiciones de vida, como la inseguridad, que no ha mostrado trazas de ceder y que ya posiciona a nuestro país como uno de los lugares más riesgosos para vivir en el mundo, los sistemas de salud, en proceso de desaparición para dar paso a los grandes negocios de la salud en manos de corporativos, las jubilaciones, también en proceso de desaparición, y en suma, por factores externos e internos, nuestra calidad de vida, de por sí a la baja desde hace algunos años, puede empeorar aún más.
Personajes del nivel de premio Nobel, como el Estadounidense Paul Krugman, llevan años afirmando que las políticas económicas implementadas por el régimen no van como deben en nuestro país. En su momento advirtió que: “En la reforma energética se debe de tener cuidado en otorgar las concesiones porque en el mundo ha habido casos alarmantes en que las concesiones se han convertido en regalos y eso ha ocurrido no sólo en economías emergentes sino también en Estados Unidos y otros países.
Por su parte, el Premio Nobel de Economía 2001, Joseph E. Stiglitz. Ya había alertado sobre lo erróneo de esta política económica, señaló hace un par de años durante su participación en el Foro Mundial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de Guadalajara, en octubre del 2015, que la desigualdad es el principal freno de la prosperidad y el desarrollo, precisando que México es uno de los países más desiguales del mundo y de los que menos recauda impuestos a los millonarios: 1% de los más ricos acapara 43% de toda la riqueza de la Nación.
Por su parte, el organismo calificador internacional Moody’s Analytics para América Latina, señaló que nuestro país no solo enfrenta el efecto Trump sino que, como hace 22 años, encara un ritmo creciente de endeudamiento, desequilibrios externos y la amenaza de una aceleración en la inflación, así como tasas de interés restrictivas.
“México ya tiene sus propios problemas internos que han restringido el crecimiento, creó sus propias debilidades. Ahora enfrenta una situación externa desfavorable con vulnerabilidad interna”, según afirmaron funcionarios de la calificadora “Si Trump implementa medidas como aranceles a las exportaciones mexicanas o un impuesto a las remesas le costará por lo menos 0.5% a la economía, con lo que estima un rango de crecimiento de 1 a 1.8% para 2017 desde un previo de 2 a 2.3%”. Desde 2009 con la crisis que se generó en Estados Unidos a septiembre de 2016, la deuda total de México se incrementó en 13.9 puntos porcentuales a 48% del Producto Interno Bruto (PIB), este endeudamiento llevó a Moody’s y Fitch, la otra gran empresa calificadora a reducir la perspectiva crediticia y a poner en revisión la calificación, que de ser recortada, implicará mayores costos de financiamiento para México.
Con todo esto, nos preguntamos, ¿cuál es la salida? la única salida viable que existe en el país en este momento histórico es el Proyecto de Nación que ha planteado Andrés Manuel López Obrador, Líder de Morena, donde se destacan estas medidas; En primer lugar consultar a la sociedad para determinar si se mantienen o revierten las llamadas reformas estructurales (laboral, educativa, fiscal, energética, entre otras); Cambio total a la estrategia para atender el problema de la inseguridad y la violencia; No aumentar impuestos ni seguir endeudando al país; Aumentar el devaluado salario mínimo. Habrá incrementos salariales a maestros, enfermeras, médicos, policías, soldados y otros servidores públicos; la pensión a adultos mayores se aumentará al doble en todo el país.
También: Cambiar sustancialmente la relación bilateral con Estados Unidos. Priorizar una política de cooperación para el desarrollo y no de la cooperación policiaca y militar. No es con asistencia castrense, labores de inteligencia, envíos de helicópteros y armas, como se remediará el problema de la inseguridad y la violencia en nuestro país. Tampoco se detendrá el flujo migratorio con muros, redadas, deportaciones o medidas de militarización de la frontera; Autonomía e independencia de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Las autoridades electorales también tendrán absoluta independencia y se respetará la autonomía del Banco de México.
Eliminar fueros al Presidente y a los altos funcionarios públicos. Reformar el Artículo 108 de la Constitución para poder juzgar por corrupción al Presidente en funciones. Establecer la revocación del mandato; Cancelar las pensiones millonarias a los expresidentes; Disminuir a la mitad las percepciones económicas del próximo Presidente; Construir refinerías, fortalecer la industria eléctrica para bajar los precios de las gasolinas, el diésel, el gas y la energía eléctrica; Crear el programa denominado: “Jóvenes construyendo el Futuro”, y atender a dos millones 600 mil jóvenes, que actualmente no pueden estudiar o que no tienen empleo (Ninis).
Si se puede hacer. Si tiene futuro y viabilidad nuestro país. Si podemos reconstruir nuestro país de los escombros en que se encuentra. Necesitamos la participación de todos e integrarnos para trabajar y concretar este gran proyecto de nación y lograr la prosperidad la paz y el futuro promisorio que todos queremos. Unidos podemos superar la crisis y de una vez por todas, empezar la construcción del México que nos merecemos a través de las urnas el decisivo año próximo 2018.